Los como nosotros
En la tarde me tomé el tiempo del mundo y me lavé el pelo y lo sequé y mientras hacía todo eso pensaba en la gente. Especialmente en un tipo de gente que tiene una facilidad enorme para hacer a un lado a quienes ya no le sirven. Esa gente que nunca entederá a los "como nosotros" ("Los como nosotros" decía él para referirse a las personas que estamos en el lugar y tiempo equivocado y que somos vulnerables, dulces, fatales y lloramos lágrimas ajenas por puro gusto para después ser olvidados por la gente inconveniente).
Al final los tontos son los "como nosotros". Nadie nos manda a compadecernos del sufrimiento ajeno y querer transformarnos en la caricia y la palabra buscada. Pero somos tontos, diminutos, infantiles, soñadores, invisibles, tallos, hojas sueltas, agua estancada, flor marchita. Movemos muros invisibles y nos entregamos tan patéticamente dóciles que damos pena. Somos tristes, insolentemente desechables, cositas pocas, qué cosa mas linda.
Así nadie nos mandó a aparecer, entonces nos hacen desaparecer y nos olvidan y ya no somos lienzo, ni perfume, ni colores. Y yo soy tanta piel, tanto hueso, tanto ojos, tanto humana, que igual me levanto y miro la muerte y le pido que sea piadosa y no deje morir. Y ella hace lo que quiere
Y no me importa.
Porque soy la caricia, la tengo, me quedo con ella y tengo la palabra, soy lo que digo, y digo sin dolor. Y el universo gira y se retuerce de modo extraño y yo me quedo con mis sonidos, aunque no le importen a la gente inconventiente.
Hoy Ro me regaló una certeza. Dijo: así es.
Y así es.
(Ella es lúcida, insoportable, odiable, y es mi amiga, y dice la verdad)
En esta oscuridad hay escamas por todas partes
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